El 31 de agosto de 2000 se estrenó Nueve reinas. El proyecto de la convertibilidad del gobierno de Carlos Menem ya había entrado en crisis y se avecinaba un momento trágico de la historia del país. La película sintonizaba a la perfección con ese intenso clima de época. Era la ópera prima de Fabián Bielinsky, quien había sumado experiencia como asistente de dirección en el terreno de la publicidad y se convirtió en el principal artífice de un clásico del cine argentino contemporáneo.